jueves, 21 de enero de 2010

PLAN DE 11 AÑOS (JAIME TORRES BODET)

PLAN DE 11 AÑOS (JAIME TORRES BODET)

Después de asumir Adolfo López Mateos la presidencia de la republica en diciembre de 1958. En el país había logrado un notable crecimiento económico que se reflejaba en un gran desarrollo industrial. Sin embargo, La explosión demográfica había adquirido proporciones sorprendentes, no obstante su considerable incremento, no permitía dar los servicios que la población requería a la velocidad que ésta se multiplicaba junto con esto, el panorama educativo era desalentador. Ante estas crecientes exigencias, los esfuerzos de gobernantes y educadores habían quedado rezagados: el analfabetismo ascendía al 38%, el número de escuelas seguía siendo insuficiente y cada año, según las estadísticas escolares, cerca de tres millones de niños en edad escolar quedaban sin escuela.

Desde el inicio de su gestión López Mateos, advirtió que la educación pública sería una de las prioridades de su gobierno. El nuevo proyecto educativo buscaba adecuarse a las necesidades del desarrollo económico del país que demandaba un número creciente de técnicos y obreros calificados.
La población había sido más rápida en ofrecer al país nuevas generaciones de niños que los establecimientos docentes en instruir a las nuevas generaciones de maestros. Además, la inquietante desproporción en la distribución del presupuesto, el sólo pago de sueldos de maestros abarcaba el 72%, constituía un obstáculo indiscutible para ampliar el sistema educativo y lograr una mejor enseñanza.
En octubre de 1959 se le entrega a Torres Bodet el un informe donde se establecía el diagnóstico cuantitativo del problema educativo de la demanda a nivel nacional. Ante la falta de datos recientes, se había tenido que partir de una base poco confiable: el censo de 1950. Nueve años habían transcurrido durante los cuales era ostensible el crecimiento de la población. Se acudió entonces a la Dirección General de Estadística de la Secretaría de Industria y Comercio para actualizar los datos.
Los resultados del estudio subrayaron aún más el panorama desolador de la educación nacional. México había dejado de ser un país predominantemente agrícola; el desarrollo industrial de los últimos años había desplazado a la agricultura como eje de la estructura económica del país provocando una creciente demanda de mano de obra calificada, de técnicos, obreros y profesionistas, que difícilmente podría satisfacerse mientras el nivel educativo medio de la población adulta apenas llegara a dos años de escolaridad. Las cifras referentes a la enseñanza primaria resultaban alarmantes. La inscripción al primer grado había ido aumentando en forma que no guardaba proporción con los grados siguientes. Además, el sistema escolar no había podido escapar a los desequilibrios del modelo de desarrollo. La población escolar total del país se encontraba hacia 1958 distribuida casi por igual entre el medio rural y el urbano, el progreso se había concentrado en las zonas urbanas mientras que en las áreas rurales el rezago era cada vez mayor; el 81% de las escuelas en estas zonas no eran de organización completa y la mayoría de ellas seguían funcionando como escuelas unitarias a cargo de un sólo maestro que atendía simultáneamente dos o tres grados.
Mientras que en el medio urbano de cada 1,000 niños que ingresaban al primer grado terminaban sus estudios 300, en escuelas rurales, sólo 22 obtenían el certificado de educación primaria. Las escuelas rurales, no obstante representaban el 77% del total de las primarias en todo el país, tenían asignados al 37% de los maestros. Esto como vemos, representaba un gran problema debido a que no se podía cubrí satisfactoriamente la cantidad de escolares.
Ante la imposibilidad de formular un plan general que abarcara todos los ciclos del sistema educativo, se decidió atacar el problema desde sus inicios. La Comisión presentó una propuesta: el Plan Nacional de Expansión y Mejoramiento de la Enseñanza Primaria cuyo propósito era garantizar, en un plazo de once años, la enseñanza elemental a todos los niños entre los 6 y los 14 años que tuvieran posibilidad efectiva de asistir a la escuela y no la recibieran por falta de aulas, de grados escolares, de maestros o por cualquiera otra razón de orden escolar. Este Plan de Once Años representó el primer intento en México por planificar la educación a largo plazo.
Por otra parte tampoco era fácil prever la reinscripción para determinados ciclos de aquellos alumnos que habían abandonado las aulas por falta de grados superiores en las escuelas. El planteamiento se volvía aún más complejo ante varios factores que obedecían a causas de índole económica cuya solución escapaba a la acción escolar.
Sin embargo, el Plan de Once Años fue aprobado el 1º de diciembre de 1959. Los trabajos se iniciaron de inmediato. "estaba dentro de las posibilidades técnicas de la SEP" y "no plantearía al país problemas financieros insolubles" aproximadamente un total de 9,000 millones de pesos en base a los costos y salarios. En 1959, punto de partida de este proyecto, encontramos que el sistema escolar, a nivel elemental atendía en planteles federales, estatales, municipales y particulares a cerca de cuatro millones y medio de alumnos.
En este caso cumplir con esta meta significaba solucionar dos grandes carencias: la falta de maestros y la escasez de aulas. Si bien esta empresa implicaba un alto costo económico, el aspecto humano representaba un reto mayor. Satisfacer la demanda escolar en los siguientes once años equivalía a crear 51,090 nuevos grupos escolares de enseñanza primaria con el mismo número de nuevas plazas para maestros. ¿Cómo poder enfrentar este problema considerando que el número de egresados de las Escuelas Rurales, urbanas y rurales, aproximadamente 3,000; no correspondían, ni siquiera de lejos, a los requerimientos del Plan? Además, desde años atrás, el crecimiento explosivo de la población había propiciado la incorporación a las filas del magisterio de un creciente número de elementos que carecían de la preparación necesaria;
Ante estas circunstancias era indispensable elevar el rendimiento de las Escuelas Normales. Ampliar el número de plazas además de reestructurar los planes y programas de estudio para adaptarlos a las nuevas circunstancias. Algunas antiguas escuelas Prácticas de Agricultura fueron transformadas en Normales rurales al mismo tiempo que se iniciaba la construcción de nuevas centros Normales Regionales. Asimismo, para solucionar el problema de los maestros activos no titulados se decidió reforzar el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio -organismo creado por Torres Bodet.
El secretario de Educación propuso otra alternativa: recuperar a más de 3,000 maestros que se encontraban comisionados en otras labores ajenas a su profesión.
Finalmente, como último recurso, y de acuerdo con las deficiencias que fueran presentándose en el camino, se propuso incorporar a la labor magisterial a jóvenes mayores de 18 años que hubieren terminado la enseñanza secundaria y estuvieran dispuestos a seguir la carrera magisterial a través del IFCM.
La expansión de la enseñanza primaria exigía también la construcción de miles de escuelas: cerca de 40,000 nuevas aulas: 27,440 para las zonas rurales que funcionarían con un solo turno y 11,825 en escuelas urbanas de dos turnos.
En el medio rural, el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) diseñó un modelo de aula-casa rural prefabricada, adaptable a las diversas zonas de la República, con la que se podía proporcionar al maestro una habitación decorosa junto con el material didáctico necesario y algunos útiles de labranza.
La casa anexa contaba con el mobiliario y servicios indispensables con el fin de que el maestro permaneciera en la comunidad y no tuviera que trasladarse diariamente al centro urbano más cercano. Por el presidente Lázaro Cárdenas en este renglón. En relación con la primera meta, se había logrado un importante incremento en la matrícula de educación primaria, ramo al que se había destinado el 51% del presupuesto de la Secretaría de Educación: de 4.105,302 de alumnos al iniciarse la.
Administración lopezmateísta se había alcanzado, en 1964, una inscripción de 6, 530,751. Las escuelas primarias habían pasado de 30,816 a 37,576. Los frutos del Plan se reflejaban también en los niveles de analfabetismo: para 1964 había decrecido al 27.8% de la población mayor de seis años. Por otra parte, el programa de construcción de planteles escolares había logrado levantar durante este periodo cerca de 24,000 aulas. Asimismo, las oportunidades de trabajo que presentaba el Plan de Once Años habían propiciado un incremento en la solicitud de inscripción en las Escuelas Normales las cuales vieron aumentar su matrícula de tal forma que no fue necesario recurrir, como se había previsto, a nombrar como maestros a estudiantes egresados de la enseñanza secundaria.
No podía cumplir con todas sus metas. México tenía por entonces una de las tazas de natalidad más altas del mundo. De ahí que el crecimiento de la población continuara trastornando todos los cálculos hechos por la Comisión. El esfuerzo había sido enorme, pero eran muchas las carencias y los recursos disponibles resultaban insuficientes. La Federación debió aportar más del 67% del gasto educativo total ante la paulatina disminución de los presupuestos estatales.
Los resultados eran más satisfactorios en las regiones de mayor desarrollo en tanto que las zonas rurales resultaban una vez más desfavorecidas en el esfuerzo por expandir el sistema de primera enseñanza. Ciertamente, la segunda meta, lograr la permanencia de los alumnos hasta el sexto grado, era indudablemente más difícil de alcanzar. La deserción escolar seguía siendo uno de los graves problemas que enfrentaban las autoridades.
Si bien esta deserción estaba determinada por múltiples causas, las deficiencias en la planeación del sistema contribuyeron a mantener el abismo entre los planteles urbanos y rurales.
El Plan de Once Años continuó su marcha, aunque no con el mismo vigor, bajo la administración de Gustavo Díaz Ordaz. Un presupuesto menor afectó el programa. En 1970, año en que debería de concluir el proyecto, no había sido posible alcanzar las metas. Se había partido de datos que no correspondían exactamente a la realidad. La explosión demográfica había sobrepasado todos los cálculos y la meta se había hecho más lejana: el problema de la eficiencia del sistema en este nivel, continuaba y las diferencias educativas entre el medio rural y el urbano persistía: de cada diez alumnos que el sistema lograba mantener hasta sexto grado, 9 eran urbanos y sólo uno rural.
Gracias al aumento considerable en la matrícula de las escuelas primarias, la enseñanza media empezó a tener mayor demanda como servicio urbano.

6 comentarios:

  1. de acuerdo con los puntos.. hemos leido el mismo texto.. pero considero que a pesar de todos los medios posibles que se probraron para poder aumentar la calidad en la educacion.. no pudo ser posible sobre todo, i asi como lo comentas, debido a la explosion demografica.. porqe mala administracion no considero qe alla sido... en fin.. espero tu comentario en mi blog.
    PD: buen ensayo.. casi una calca del mio..

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  2. primo creo k lo k necesitamos es una explosion demografica!! para que de esta manera obtengamos mas facilmente una plaza no crees?? jejeje :P

    muy buen escritoo primo!!

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  3. Hola Martin, esta muy completo tu ensayo, puedes citar algunas de tus fuentes estoy interesada en consultarlas, felicidades.

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  4. Hola Martín que hay de la bibliografia para este ensayo? podrás compartirla?

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  5. Hola Martin felicidades tu ensayo esta muy completo, gracias

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  6. Gracias por compartir esta información, me parece muy interesante el devenir de la educación en México desde ese entonces, hoy día estamos viviendo una situación similar hablando en términos de educación media superior, los cambios me materia educativa reforman las leyes de educación y ahora se crean nuevos institutos como el INEE. Me parece una historia que se repite, sólo que hoy para cubrir la EMS en función de la era tecnológica y socio productiva, para cumplir con las necesidades económicas del país.

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