miércoles, 2 de septiembre de 2009

LOS NÚMEROS FAVORECEN A LAS MINORÍAS

LOS NÚMEROS FAVORECEN A LAS MINORÍAS


Todos los estados tenían escuelas de tercera clase, mixtas o de dos turnos. Aun que las leyes federales y estatales declararon que las haciendas deberías tener escuelas para sus empleados, no sabemos hasta que punto cumplieron con la ley.
Según Santiesteban en su indicador particular del administrador de hacienda publico en 1903, muchas fincas rurales tenían escuelas pero él no específica ni cuantas ni donde así que sólo podemos suponer que si habían escuelas en lagunas haciendas.
El problema educativo más importante para el gobierno de esta entidad fue la educación de las poblaciones rurales. No era posible aprovechar las fuerzas y facultades de los hombres del campo si no se contaba con centros de enseñanza adecuados.
Mientras “la niñez de los campos” permaneciese en su mayor parte analfabeta, afirmaban las autoridades, no se podría hablar de progreso educativo. En 1899 se organizo un Congreso Pedagógico, con el objeto de unificar la educación y “establecer un plan estatal de proyecciones al futuro”.
Para fines de 1897 había 80 escuelas rurales sostenidas por el estado pero vigiladas por esos órganos, que provenían los textos y completaban el sueldo de los profesores. En 1900, estas habían aumentado a 118 y las urbanas sumaban 98.
De acuerdo con las haciendas, ranchos o rancherías, dependiendo del número de habitante que tuviera, podría haber una escuela, por ejemplo el número de habitantes que debería de haber era de 500, para que existiera una escuela, si no, tendrían que tener maestros ambulantes.
El único factor que representaba ventaja considerable era el sueldo de los maestros, que les pagaban 10 pesos quincenales.
Se ha dicho con frecuencia que el olvido de la educación rural provenía del desprecio con que los liberales y positivistas veían al indio. Ellos se preocupaban por el progreso material y los indios comparados con los trabajadores extranjeros, tenían un rendimiento bajo y de mala calidad. A partir de la primera década de presente siglo aumento el interés por educar al indio, como único medio de integrarlo a la sociedad. Se celebraron varios congresos agrícolas y cuatro católicos dedicados a los problemas de la raza indígena. Trinidad Sánchez Santos, pensaba que había que mejorar la condición del indio antes que mandarlo a la escuela. Este punto de vista era también compartido por otros ideólogos del Porfiriato como Francisco Bulnes, Emilio Rabasa Y Francisco Cosmes. Ellos pensaban que la educación por si misma no cambiaria el destino de los indígenas:”la instrucción obligatoria es inútil decía Cosmes, por que de nada sirve al indígena saber leer y escribir: esto no cambia su suerte”. Rabasa, por su parte pensaba que antes de enseñarle a leer al indio era necesario liberarlo de sus propias miserias.
Estos pensadores fueron la excepción que la regla, pues aun Justo Sierra pensaba que la educación por si misma sería suficiente para integrar al indio a la sociedad y mitigar las desigualdades sociales.


EDUCACIÓN Y PROGRESO

Durante el Porfiriato el distrito federal fue el centro político, económico, social, y cultura del país y acaparo el 38% de la población alfabetizada. Los estados del norte como Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Baja California, lograron los índices de alfabetización mas altos; no necesariamente porque tuvieran los presupuestos más altos, sino porque la política de los gobernadores estaba centrada en la educación. La población indígena siempre fue un obstáculo para los programas educativos, pues mientras se consideraban interiores o simplemente tan inteligentes como los blancos, y mientras existía la polémica de que si era mejor integrarlos o educarlos en sus propios idiomas, se pasaron los años y, por eso, no es mera coincidencia que los estados con mayor población indígena como Guerrero, Oaxaca y Chiapas hayan sido los menos alfabetizados.
Estos son los estados más pobres de la república mexicana también tenían los indígenas más bajos de alfabetización: 8% en el primer y 9% en el últimos dos. A pesar que la educación en Chiapas había mejorado desde 1891, época en que el licenciado Emilio Rabasa inició su administración, en 1907 sólo iban a la escuela 9000 de los 72 000 niños que habían en edad escolar.
En Oaxaca sólo la sexta parte de los niños en edad escolar concurría a la escuela.
A pesar de la tradición educativa de Veracruz y de las grandes reformas que en este aspecto llevaron a cabo Laubsecher y Rébsamen durante el Porfiriato y que trascendieron en toda la república, esta entidad no aumentó sus índices de escolaridad en la medida esperada. En 1878 tenían 623 escuelas y a fines del Porfiriato sólo habían aumentado a 725.
Velasco Toro lo atribuye a la “infra-organización” de estado incapacitado para cumplir con las demandas o necesidades educativas. Si la educación, como en otros estados, hubiese de pendido del gobierno central, se hubiera hecho una mejor planificación y no hubiera existido tanta disparidad escolar en la regiones.

1 comentario:

  1. hola primo!!! Me agrada tu escrito el texto tiene razon::: no sabemos hasta que punto se "cumplen la leyes" sigue vigente la frase del militar Porfirio Díaz:: "Pobre México: Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos"....
    Continuamos en el rezago educativo...

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