martes, 1 de septiembre de 2009

sintesis-los maestros en la revolución

Los maestro en la Revolución (1910 - 1919)


La revolución mexicana interrumpe el proyecto educativo porfiriano, en el que se refiere a la centralización de la enseñanza primara y a los esfuerzos que pretendían homogenizar al magisterios mediante la unificación de los planes e estudio en la enseñanza normal.

El gobierno federal continúa con las políticas de formación y reclutamiento del magisterio, los gobiernos de los estados adoptan políticas como participación tuvieron en la revolución.

La participación de los maestros durante el movimiento armado fue también muy diversa, la mayoría de los maestros no intervino en la política y continúo desempeñando sus funciones. Otros participaron en al lado de algunas de las fracciones o grupos revolucionarios como ideólogos, escribanos, secretarios y consejeros de los jefes.

En 1917 se suprime el SIPBA y las escuelas primarias se transfieren a los ayuntamientos del distrito y de los territorios federales.

CONTINUIDAD Y CAMBIO

La política para la formación de los maestros fue una continuación del régimen porfiriano pero con cambios importante; el cambio mas importante fue la interrupción de l antiguo proyecto para federalizar la enseñanza primaria uniformándola en todo el país me diente la centralización. El proyecto federalizador incluía la enseñanza normal como parte de las estrategias para construir un sistema nacional de educación primaria, al mismo tiempo que buscaba re organizar las escuela normales.

La interpretación de proyecto federalizador o uniformador de la enseñanza normal no fue el único cambio que introdujo la Revolución, también encontramos algunos intentos para reorientar la enseñanza normal, como los planes y programas de estudio. En general se buscaba una enseñanza normal mas comprometida con el pueblo y con la revolución.

La continuidad de este fenómeno es mucho más visible en los primeros años de la Revolución, durante el interinato de De la Barra y el gobierno de Madero. En estos años había una fuerte disputa entre los normalistas de de México y los de Veracruz por los puestos directivos y las decisiones de planes, programas, métodos de enseñanza y aprendizaje y los libros de texto.

Las escuelas normales cumplieron una función ambigua respecto a los cambios sociales y políticos provocados por la Revolución; por un lado transmitieron los valores del orden y por otro fueron transmisoras de los valores del cambio.

Las escuelas normales fueron nidos de conservadores y cuna de revolucionarios. El patriotismo profesional y el nacionalismo educativo y pedagógico del magisterio se combinaron y construyeron a acentuar la politización del magisterio principalmente en cuatro sentidos:

- Una mayor intervención directa del profesorado para designar a sus autoridades en diversas entidades federativas, incluso el distrito federal.

- Una mayor participación del profesorado para decidir las políticas educativas y pedagógicas.

- Una mayor participación del magisterios en la vida política nacional

- Una penetración mucho más visible y directa de la política en el ramo de la instrucción publica.

Las dudas que persisten

Esta sobre valoración ideológica tiene muchos orígenes: una de sus fuentes, como la de todos los discursos ideológicos, es la propia realidad: el hecho llano de que los maestros, muchos maestros fueron a la Revolución.

Otra es que en la capital de la republica los universitarios, entre ellos algunos de los más notables, sobresalieron como opositores y críticos al gobierno de Madero y una vez caído fueron funcionarios aliados y panegiristas del gobierno de Huerta.

Los maestros primarios tuvieron un menor desprecio que los universitarios hacia los iletrados, ignorantes, y a veces salvajes jefes revolucionarios. Por las mismas razones, los maestros pudieron incorporarse con mayor facilidad que los universitarios al discurso revolucionario y posrevolucionario. Los universitarios, en cambio, no querían que les ubicara en ninguna de estas categorías sociopolíticas; tampoco lo querían la mayoría de los profesores egresados de las escuelas normales del antiguo régimen.

Quiénes, cuándo, dónde, y cómo

Francisco Xavier Guerra destaca el papel del magisterio en la víspera y durante la revolución asimismo apunto diversos factores que alentaron y permitieron la participación de los profesores en esos y en otros grupos revolucionaros que los sucedieron en la lucha y en el triunfo.

Los maestros enrolados en la Revolución constituyeron en grupo mucho más numeroso que el resto de los profesionistas; sin embargo su participación fue quizá fue en el periodo prerrevolucionario.

1.- Según datos aportados por Francisco Xavier Guerra, en números Absolutos, en los grupos prerrevolucionarios, con excepción del PLM (Partido Liberal Mexicano), los maestros fueron menos que los abogados, incluso menos que los médicos.

2.- En términos relativos, si tomamos en cuenta el número de maestros del país observamos que la proporción de maestros afiliados a los grupos pre y revolucionarios fue muchísimo menor que la de los abogados, los médicos y los ingenieros en las mismas circunstancias, comparadas con el total de sus colegas en el país.

Guerra sugiere que los maestros del centro y sur del país se incorporaron hasta después del triunfo de la revolución.

Francisco Xavier Guerra también destaca la influencia de Rébsamen en la revolución. Sugiere incluso una especie de geografía revolucionaria del Rébsamenismo; sin embargo. La falta de precisión en esos contornos nos impide determinar con claridad la participación que estos maestros tuvieron en la revolución. Algunas de esas dificultades:

*Los rebsamenianos estuvieron en casi todo el país, incluso en el D.F. y en lagunas regiones en las que o no hubo Revolución o llego muy tarde.

*Fueron varios los distinguidos rebsamenianos que participaron en la distintos grupos, incluso en bandos considerados desde entonces y después como conservadores y, otras veces reaccionarios.

*El propio Rébsamen (liberal) dejó en estado de Veracruz por el malquerencia de un gobierno liberal (antipositivista), por lo que en los últimos años de su vida se refugió en la cuidad de México bajo le protección del presidente Díaz y el subsecretario de Instrucción, Justo Sierra.

¿Quiénes y cuando fueron a la revolución?

- Los se sumaron a la revolución en los estados y ayuntamientos que se fueron a la oposición desde el principio o en los que dominaron los primero grupos opositores al gobierno de Díaz.

- Muchos profesores siguieron trabajando o colaborando con los gobiernos y ayuntamientos oposicionistas, igual que los hacían de que se convirtieran en opositores al régimen; en lagunas partes las autoridades siguieron siendo las mismas.

- Al principio fueron muy pocos los maestros que por decisión personal se enrolaron en alguno de los grupos alzados o levantados en una región distinta y distante al lugar donde desempeñaban su función docente.

Cuando empieza la lucha armada contra el gobierno de Huerta. Fue hasta entonces cuando los maestros se sumaron. Por decisión personal, a los grupos armados que dominaban la región donde trabajaban.

Hasta 1896 los profesores dependieron de los ayuntamientos del D.F. para luego depender del gobierno federal. Su primera sacudida la recibieron en 1911, previo a la caída de Díaz dimite y es remplazado por León de la Barra.

Uno de los cambios efectuados en la instrucción pública estuvo determinado por el arribo a l presidencia de Francisco I. Madero, al que, en su primer encuentro, en diciembre de 1911, los maestros del D.F. le expresaron, por conducto del profesor Julio S. Hernández.

Mas adelante un grupo de alumnos de la normal abandonó la ciudad de México y se sumó a algunos grupos revolucionarios, particularmente al encabezado por Álvaro Obregón.

LOS MAESTROS REVOLUCIONARIOS Y LOS CATEDRÁTICOS CONSERVADORES

En el debate del proyecto de Ley Orgánica para constituir la universidad, en el Consejo Superior de Educación Pública (CSPE), los normalistas quisieron incorporar la normal a la nueva universidad con el mismo rango que las demás escuelas superiores.

La normal tenia que difundir la lengua nacional, la historia patria y los valores cívicos contemplados en el programa de educación obligatoria.

El papel principal de la universidad era, en principio, la formación de profesionistas liberales; incluso les exigía que fuesen profesionistas egresados de sus escuelas y facultades.

He aquí otra de las diferencias entre los normalistas y los universitarios: los primeros eran profesionistas prácticamente condenados a trabajar para el estado por la creciente intervención estatal para garantizar el cumplimiento de la instrucción primaria obligatoria.

La enseñanza normalista nació directamente asociada al crecimiento de la intervención del estado en la instrucción primaria obligatoria. Las normales también nacieron para alfabetizar e integrar la nación en los grupos marginados del desarrollo nacional.

La educación media: un territorio movedizo y disputado entre los universitarios y los normalistas

No cabía duda que la educación elemental era un territorio normalista y la superior, universitario.

Cuando se debate el proyecto de la Universidad Nacional. La pregunta que se hacían los normalistas era: ¿Por qué las otras escuelas nacionales, incluida la preparatoria, pasarían a formar parte de la universidad y la normal no? Las razones que adujo Sierra en su favor ya las conocimos: la normal era un asunto de incumbencia directa del estado; la universidad, en cambio, era de interés nacional e interesaba al estado.

Algunas instituciones de educación superior cedieron a las presiones políticas del momento y aceptaron que se integraran las escuelas normales y que el titulo del profesor de educación primaria fuera equivalente al de los estudios secundarios o preparatorianos.

Cuando los normalistas buscaban su status quieren que se les reconozca el mismo rango social que a los universitarios e incluso algunos de ellos quieren convertirse en universitarios. En cambio, cuando buscan afirmar su identidad profesional, los normalistas no quieren que se les confunda con los universitarios; aparecen como los verdaderos profesionales de la educación.

En su lucha por su identidad profesional durante la revolución, los maestros enfrentaron una doble desventaja: la crisis de las escuelas normales heredadas del Porfiriato y la politización del reclutamiento; aunque también contaron con una doble ventaja: la expansión de la profesión docente y la tensión entre los gobiernos revolucionarios y la universidad.

LA PROFESIÓN DOCENTE TRANSFORMADA POR LA REVOLUCIÓN

La revolución provoco una mayor inestabilidad en las condiciones de trabajo: en el empleo, en el irregular pago de los sueldos, en la politización del reclutamiento y en la movilidad del magisterio en el servicio, por señalar algunas.

La revolución transformo la designación y composición de los órganos e dirección y consulta en el ramo. En algunas entidades federativas se introdujeron sistemas electivos o semieletivos para nombrar a las autoridades educativas y escolares; y se aumentó la participación directa de los maestros, directores e inspectores escolares en la integración y en la toma de decisiones de los órganos colegiados.

Otro cambio notable de la creciente intromisión política en la dirección educativa y escolar, tanto en la definición de los proyectos más generales como las decisiones administrativas y técnicas.

La revolución igualmente estimulo directamente e indirectamente, la formación de asociaciones magisteriales, ya no sólo de carácter pedagógico y mutualista sino con fines sindicales y políticos más o menos explícitos.

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